jueves, 1 de marzo de 2012

¿Lo quieres?


Estoy confundido, no sé qué hacer conmigo, nadie me entiende, nadie me da amor, busco la felicidad y no la encuentro, quiero ser feliz pero no sé cómo, necesito salir de esto, siento que muero en el intento, pero no sé cómo intentar porque siento que todo me sale mal, ¿Por qué a mí? ¿Dios dónde estás? Señor no te siento, ni te escucho, ¿Qué está pasando contigo? ¿Acaso te olvidaste de mí? Veo a muchos ser felices, veo gente que tiene las cosas que yo deseo, Señor, no entiendo, ¿Por qué a mí no? Quiero estudiar y nadie me ayuda, quiero trabajo pero todas las puertas se me cierran, estoy desesperado, creo que tú no me escuchas, llevo esperando meses, años, días, horas, minutos, segundos, y no veo respuesta alguna de ti.

¿Te identificas con esas palabras? Sé que no eres el único, todos alguna vez también hemos pasado por eso y nos cuestionamos aun más cosas, porque no vemos respuesta alguna de Dios. Todos pasamos por diversas circunstancias en la vida, de cualquier ámbito, que nos hace flaquear, que nos tumba, que nos mueven, y quizá muchas veces, a hacer cosas que están fuera de la voluntad de Dios.

Hemos recibido mensajes y correos, donde nos dicen los jóvenes, y no sólo jóvenes: “yo quiero ser…“, “yo quiero…”, pero antes de terminar de leerlo me pregunto, ¿Tan inútil creen que es mi Dios? Nosotros hacemos tan pequeño a Dios cuando Él es el dueño de todo cuanto existe. Como dice una frase por allí “No le digas a Dios cuán grande es tu problema, sino dile a tu problema cuán grande es Dios.”

En nosotros no debería de existir la tristeza, porque nuestra felicidad es Jesús, pero como seres humanos somos débiles, tendemos a caer y flaquear.

Hay tantos pasajes que nos hablan sobre el DELEITARNOS en Él, pero debido a nuestra falta del hábito de la lectura, dejamos eso de lado. No le damos lugar a Dios, ni al Espíritu Santo de ayudarnos. Queremos hacer las cosas con nuestras fuerzas.

Pon tu alegría en el señor, él te dará lo que ansia tu corazón. (Salmo 37:4)

El corazón del hombre todo el tiempo es probado, nuestro corazón todo el tiempo será probado.

Debemos experimentar el gozo, ya dejemos de ser cristianos de emociones, que buscamos a Dios solamente cuando estamos mal, busquemos de Dios en todo tiempo.

Hay cristianos que llevan una vida sin frutos dignos de arrepentimiento, hablan como quieren, se comportan como quieren, tienen actitudes egoístas como quieren, critican a su familia, a su país, a sus vecinos, incluso al mismo Dios.

Todo hijo de Dios debe estar deleitándose en Dios, teniendo el gozo siempre. Aunque cueste la batalla, pero suframos con elegancia, yo veo muchos corazones que están rotos por dentro, que están sin vida; amigo, ¿Por qué no se lo entregas a Dios?

El gozo significa Deleitarte en Dios- Felicidad- Satisfacción. Dios para todo tiene una respuesta, Él nos dice: SÍ – NO o ESPERA. Pero deléitate en Él, sé paciente.

¿Lo quieres? ¿Quieres el gozo? ¿¡Qué esperas!? ¿Cómo se manifiesta el gozo? Teniendo hambre y sed de Justicia, teniendo hambre por Su Palabra, debe haber en ti arrepentimiento, obedeciendo. Sé un hacedor de la Palabra no un oidor solamente.

Pídele a Dios ayuda. “crea en mi, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu.” Salmo 51:12

Basta ya de ir tras dioses ajenos, porque Dios te puede quitar el Gozo. Jeremías 25: 10-11, ellos se fueron tras dioses ajenos y Dios les quitó el gozo. Esto no es un juego, yo no sé, tú sabes más que yo, ¿Qué es lo que le está robando el primer lugar a Dios en tu vida? Sera tu relación de pareja, tus amigos, la música, la televisión, el internet, Twitter, Facebook, los videojuegos, ¿Quien es primero en tu vida?

Debemos tener frutos dignos de arrepentimiento, debemos tener frutos de transformación. Amemos la Palabra de Dios. No desperdiciemos las cosas que Dios nos ha dejado y nos ha dado. Debemos tomar en serio tanto los bienes y las riquezas personales como la creación.

¿Lo quieres? Pídele a Dios “Pidan al Señor que llueva en primavera, pues él es quien envía los temporales y hace llover en abundancia, brotando así hierba en el campo para todos “. (Zacarías 10:1) Pide la lluvia, en la confusión, en la enfermedad, en la adversidad, en todo lo que para ti sea imposible de hacer o de superar. Entrégale todo a Dios.

¿Lo quieres? “No os entristezcáis, porque el gozo de Dios es vuestra fuerza.” (Nehemías 8:11) ¡Deléitate en Dios!

Recuerda que Dios prometió estar con nosotros (Isaías 41:10) entonces, deja todo problema, todo lo que pueda estorbar en tu vida, y sé feliz. Las pruebas no son en vano, mas no fue en vano lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros. Él sin excusa y sin pretextos, se entregó, entregó nuestros problemas, nuestros pecados, las cosas más imposibles para nosotros, para que fuéramos libres, para que tuviéramos gozo a pesar de lo que pueda pasar en nuestras vidas. Vive para Dios, vive para servirle, no sólo en la iglesia, comienza en tu casa, deléitate, búscalo y verás. La felicidad la encontraras en Jesús, el gozo te lo da Él y la paz también.

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